El lujo accesible: cómo la Gen Z redefine el deseo en tiempos de crisis

La generación Z decidió no renunciar al disfrute. Pero no lo hace comprando bolsos de lujo o relojes de cinco cifras, sino invirtiendo en lo que verdaderamente les llena: pequeños lujos que caben en un brunch, un café con estética o una mascarilla viral. Placeres cotidianos que, aunque modestos en precio, tienen un impacto emocional, estético y social enorme.

Este nuevo patrón de consumo no solo cambia las reglas para las marcas: redefine por completo qué significa desear y pertenecer en 2025.


🧃 El lujo ya no se mide en dinero, sino en significado

Desayunar en una cafetería “esthetic”, subir un reel mostrando tu nuevo serum coreano, pedir una cena en ese restaurante viral de TikTok… nada de eso es necesariamente caro, pero sí profundamente simbólico. Según Carolina Dómine, experta en estrategia de marca, la generación Z redefine el lujo como experiencia emocional y validación social, más que como ostentación económica.

“No es solo un café caro. Es una forma de decir: ‘yo también pertenezco’”.

Y en esa lógica, el lujo deja de ser elitista para convertirse en accesible, personal y expresivo.


📈 Consumo selectivo: gastar mejor, no más

Aunque suena paradójico, mientras recortan gastos en productos estándar, los jóvenes están aumentando su inversión en categorías premium… pero con estrategia.

📌 Ejemplo real: En lugar de comprar un champú común y corriente, prefieren un producto natural con empaque atractivo y reseñas virales. ¿Por qué? Porque ese producto tiene historia, estilo y un valor emocional que lo hace «digno de postear».

Según el informe El estado del comercio minorista de comestibles en América Latina 2024, este comportamiento responde a una jerarquización del placer: consumir menos, pero consumir mejor.


⚡️ Deseo inmediato, selección minuciosa

El estudio F100 Latam 2025 lo confirma: la gratificación instantánea y la identidad personal son las dos grandes fuerzas detrás del “lujo accesible”.

Ronny Weter (VML Argentina) lo explica perfecto:

“Los mini derroches no son impulsivos. Son símbolos de bienestar y autenticidad. Una forma de decir: ‘esto me representa’.”

En ese sentido, no se trata solo de comprar. Se trata de elegir cuidadosamente qué mostrar al mundo y cómo sentirte bien contigo mismo.


📲 El escenario donde todo ocurre: TikTok & Co.

La generación Z no solo vive estos placeres: los convierte en contenido. Y ahí es donde las redes sociales entran con fuerza bruta.

Hashtags como:

  • #LittleLuxuries

  • #SoyAbundancia

  • #PorQuePuedoPorQueMeLoMerezco

…son verdaderos himnos de esta tendencia. Cada producto compartido se transforma en un símbolo colectivo de disfrute, pertenencia y, por qué no, autoamor.

Un termo bonito, una lámpara que simula atardeceres o un postre viral son los nuevos «objetos de deseo» que importan más por el vibe que transmiten que por su precio.


🤳 Influencers: los creadores del nuevo deseo cotidiano

En este ecosistema emocional y visual, los influencers son los curadores del placer diario. No necesitan vivir en Dubai ni tener un Lamborghini: basta con mostrar cómo se disfruta de la vida “a tu manera”.

Ejemplo: Sofía Gonet, “La Reini”, es la cara visible de esta tendencia. Desde su rutina de skincare hasta sus cafés favoritos, convierte lo cotidiano en deseable.

“Ya no compramos el producto. Compramos el estilo de vida que comunica.”
— Carolina Dómine

Y ahí está la clave: cada gustito compartido es una invitación a pertenecer a un universo aspiracional, pero cercano.


🍪 Microplaceres que se convierten en ritual

Un brunch con amigas, una cookie de autor, una vela con aroma a lluvia o ese libro de poesía visualmente hermoso… todos son parte de esta nueva cultura del “lujo sensorial”.
No es lo que consumes. Es cómo lo vives, cómo lo compartes y cómo te define.

“Comemos con los ojos, pero también con Instagram”, dice Dómine.
Y no hay nada más real en esta era de stories, reels y filtros.


💡 ¿Qué deben entender las marcas de todo esto?

Las marcas que quieran conectar con la generación Z no deben hablar de estatus, sino de experiencia emocional. Tienen que ser:

  • Compartibles (fáciles de mostrar con orgullo)

  • Conscientes (sostenibles, éticas o personalizadas)

  • Atractivas (visual y sensorialmente)

  • Conversacionales (presentes en TikTok, Reels, Threads)

🎯 Y sobre todo: deben estar donde está la conversación.


🛍️ Ideas de productos que se han convertido en “lujos virales”

Producto ¿Por qué funciona?
Vaso Stanley Utilitario, durable y con aura estética
Serum coreano Packaging + promesa + resultados visibles
Cafés de especialidad Rituales de pausa que generan comunidad
Lámparas de atardecer Estética emocional + precio asequible
Journals para manifestar Autoayuda, espiritualidad y diseño en uno

✨  Bienvenidos al mundo de los “gustitos con alma”

La generación Z no necesita millones para sentirse bien. Necesita momentos con significado, productos con alma y experiencias que puedan mostrar, recordar y compartir.

El lujo ya no se mide en cifras, sino en conexión emocional, simbólica y social.

¿La moraleja?
En un mundo complicado, un cappuccino bonito también puede ser un acto de autocuidado… y eso, vale oro.

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